Disposiciones específicas para el uso de escaleras manuales en el ámbito laboral
Se enfatiza la importancia de garantizar la estabilidad de las escaleras durante su utilización, asegurando que los puntos de apoyo sean firmes y adecuadamente dimensionados.
De acuerdo con el Real Decreto 2177/2004 y la guía técnica para la evaluación y prevención de riesgos asociados a la utilización de equipos de trabajo, el uso seguro de escaleras de mano es esencial en el entorno laboral.
A continuación, se detallan las disposiciones específicas que garantizan su estabilidad y seguridad durante su utilización.
Las escaleras de mano deben ser posicionadas de manera que se asegure su estabilidad. Es fundamental que los puntos de apoyo asienten firmemente sobre superficies adecuadas, estables y resistentes, de modo que los travesaños permanezcan en una posición horizontal. En el caso de escaleras suspendidas, es crucial que se fijen de forma segura, evitando cualquier posibilidad de desplazamiento o balanceo, a excepción de las escaleras de cuerda.
Un porcentaje significativo de accidentes con escaleras de mano se debe a la inadecuada estabilidad durante su uso. Por ello, la base de apoyo debe ser plana, robusta y antideslizante. Asi mismo, el apoyo superior debe garantizar la seguridad. No se debe colocar una escalera de mano sobre objetos inestables como cajas, carros o mesas, ni apoyarla en superficies flexibles, recién pintadas, cerámicas, acristaladas, o en elementos inestables como columnas delgadas o tuberías. Como norma general, la escalera debe apoyarse sobre ambos largueros. Sin embargo, en situaciones específicas, puede ser conveniente utilizar dispositivos diseñados para tal fin. También es posible emplear escaleras con estabilizadores inferiores para mayor seguridad.
En emplazamientos como chimeneas, depósitos o silos, donde no hay soporte para los pies de la escalera, se deberá optar por escaleras suspendidas. La elección entre una escalera rígida o de cuerda dependerá de las características del sitio de trabajo, asegurando que existan los dispositivos adecuados para su fijación. Para prevenir el deslizamiento de las escaleras de mano durante su uso, se recomienda fijar la parte superior o inferior de los largueros, o emplear dispositivos antideslizantes. Además, las escaleras destinadas a acceso deben sobresalir al menos un metro del plano de trabajo. Las escaleras adaptables deben asegurarse en su inmovilización recíproca.
Es vital que las escaleras con ruedas sean inmovilizadas antes de ser utilizadas. Para escaleras simples, se sugiere mantener un ángulo de aproximadamente 75 grados con respecto a la horizontal. Para evitar desplazamientos, se pueden atar o fijar las partes superiores o inferiores de los largueros con cuerdas o abrazaderas. El uso de escaleras con zapatas que aumenten el coeficiente de rozamiento en su base también es recomendable. Además, se deben evitar uniones entre dos escaleras para aumentar su longitud; en su lugar, se deben utilizar escaleras compuestas que garanticen la inmovilización de sus elementos.
Al acceder a niveles superiores, la escalera debe sobresalir al menos un metro del plano de trabajo. La relación adecuada entre la separación de la base y la altura debe ser de 1 a 4, mientras que para escaleras dobles, el ángulo de apertura no debe exceder los 30 grados. Estas directrices son esenciales para minimizar riesgos y asegurar un uso seguro de las escaleras de mano en el entorno laboral.